¿Qué pasa cuando no vemos la señal divina? Un hombre muy religioso abrió una revista y leyó en una de sus páginas: «Comienza la temporada de huracanes, usted debe tomar todas la medidas preventivas para proteger su casa, revise su seguro de propietario, compruebe tener seguro contra inundaciones, pode los arboles, arregle los techos y las ventanas».
El buen hombre aburrido cerró la revista y pensó: «ya empieza el bombardeo, lo mismo del año pasado. Total, será lo que Dios quiera».
Otro día, se encontraba disfrutando de un partido de baloncesto por televisión cuando, de repente, salió un anuncio: «Estamos en temporada de huracanes, revise sus pólizas de inundación, prepare su hogar, cree un plan de contingencia, compre agua y linternas». El señor religioso suspiró y exclamó: «siguen con la misma cantaleta. Total, será lo que Dios quiera».
El tercer día, estaba cenando con su mujer y su hija pequeña y de repente desde la radio se escuchó un parte meteorológico. «Se alerta a toda la población, el huracán Pepe de categoría 3 tocará tierra de madrugada. Las áreas cercanas a la costa deben evacuar».
-«Aquí nunca ha pasado nada», dijo este buen hombre a su mujer, que se mostró muy preocupada. «Eso son alarmismos. Total, será lo que Dios quiera».
Durante toda la noche cayó una lluvia torrencial. A la mañana siguiente, apareció el suegro conduciendo un gran jeep todoterreno y les ofreció ayuda.
– «Hay que evacuar, esto se va a inundar» – dijo el suegro .
Sin embargo, nuestro buen hombre objetó y dijo que él no iba a ninguna parte.
– «Si quiere estar tranquilo, llévese a su hija, yo me quedo. Todos los años es lo mismo. Al final, será lo que Dios decida», espetó.
La mujer logró escapar con la niña. Nuestro hombre se quedó en la casa y a las pocas horas, la lluvia arreció, el viento se hizo insoportable, precedida de un ruido ensordecedor, comenzó una gran entrada de agua en la vivienda, las paredes empezaron a ceder. Este buen hombre murió ahogado.
Cuando nuestro héroe llegó al cielo, muy enfadado, pidió una reunión con Dios.
Dios le preguntó «¿qué pasa hijo mío, veo que estás disgustado?»
Nuestro hombre argumentó:
«Padre ¿por qué no me salvaste? Yo era un buen religioso, fui todos los domingos de mi vida a la iglesia, rezaba cada mañana, tenía una bonita familia, cumplía con todos tus mandamientos. ¿Por qué no me advertiste?», preguntó frustrado.
A lo que Dios respondió:
«Te envié una revista con instrucciones, te envié una señal durante el partido baloncesto, te advertí que venía el huracán por radio, mandé a tu suegro a salvarte. Y lo peor, es que tu casa se ha quedado destruida y no tenías ni tan siquiera un seguro de inundación. Tu familia la pasará verdaderamente mal». ¿Qué pasa cuando no vemos la señal divina?
Sienta la señal, llame a Univista y contrate un seguro de inundaciones. Recuerde que no está incluido en la póliza de seguro de casa.
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